viernes, 12 de julio de 2013

William Goyen, El enfermero. Cuentos Completos. Fragmento.

"Las mentes viejas toman caminos retorcidos. Me disculpo. A fin de cuentas, la mente vieja sabe dar forma a las cosas. Dejen que avance, en su estilo lento y examinador, como un viejo que cruza los campos y llega, listo para hablar sobre las pequeñas cosas que vivió y vio. Los narradores jóvenes, llenos de pasión, de lengua inquieta, van demasiado rápido y avanzan con vehemencia excesiva. Se saltan, a menudo, hermosas, pequeñas señales de cosas que siempre están allí, a su paso, y que el viajero anciano en cambio, sabe mirar" 

miércoles, 3 de julio de 2013

mesa y rocola sobre fondo rojo. Los Demás, Eduardo Villalobos. Editorial Cultura.

las botellas se han ido acumulando entre las dos mujeres
como las marcas sobre un calendario
así también los pósters que anuncia aguardiante con culos imposibles                                                                  
los equipos de fútbol del año anterior o de la infancia
las manchas de humedad y de asfixia
                                     la mugre         la indolencia
aquí la cumbia reina
aquí el silencio es algo que va muriendo
ayayay chuchita flaca                 ay dolor ya me volviste a dar
desde el fondo           una voz gastada exige una ranchera
y arroja un papel al centro de los gritos
pero las mujeres están atrincheradas en el rincón propicio
y tiran putazos y mientan madres y escupen animales que brillan y se esfuman
una es casi vieja
                                    la otra es más vieja todavía
una baila                       la otra tiembla
¿qué río de abandonos les procuró esta furia?
¿qué océano de espinas?                             ¿qué esperma acuchillado?
pero ellas gritan       felices                          sobre el humo y el cansancio                                                                                                                                                                                                                                          
y cantan las historias más tristes que puedan bailarse
y se jalan los pelos y somatan la mesa
y piden otra mamaíta esta vez que sí esté fría
y hablan de los hijos de puta que las abandonaron con cinco muchachitos y una panza que estallaba 
y de cómo el camino las dejó dormidas 
antes siquiera de pedir prestado un farol para abrigarse 
pero ellas ríen 
y azotan sus cabellos teñidos hacia el foco de la pieza
y se sienten hermosas           plenas          rubicundas 
y cuando alguna quiere llorar la otra la sacude 
esta noche no mamaíta esta noche es fiesta 
y en realidad es fiesta 
porque lo que les espera afuera no tiene nombre 
                                                         es algo atroz 
y ellas lo saben" 

lunes, 24 de junio de 2013

Central America. Julio Serrano Echeverría. Magna Terra.



Magno discurso dado en ocasión de la presentación del libro Central America del bardo Julio Serrano, en Xelajú a los 16 días de marzo del 2013. 

Es una alegría presentar el libro de un hermano y más si es en casa, con la familia, llenos de cariño. Es un suceso feliz que este libro se presente en casa porque el libro se trata de perderla y de buscarla y aquí estamos reencontrándola.
En esta casa hermosa-ciudad perfecta, donde por las tardes puede mirar uno como las lomas se vayan llenando de árboles que surgen contra el sol. O las bandadas de azacuanes con sus pequeñas alas oscuras a decir que tras ellas la lluvia caerá para hacer germinar más bosque en las lomas, en los cerros y volcanes.
Hay que ver esa laguna donde el cielo se mira la cara en un cráter dormido bajo sus aguas.
Hay que oír lo bonito que es decir Chikabal por la mañana.
Pensar en todos los amigos de infancia y escucharlos tocar la puerta de casa para salir a jugar.
Los amores y sus dulces construcciones de luz.
Entonces hay que imaginar un día largo con un sol violento. Un sol violento llamado poder que se crece rojo en su incendio y  todo lo va secando.
Que todo se va volviendo arena, pequeños granos dorados que el viento se lleva en forma de nubes.
Que el abandono yace bajo el mismo sol que hace arder el polvo.
De cómo la casa se vuelve un iglú puesto en una carretera de Sonora y se nos esfuma.
De cómo existir en este sitio es una afrenta terrible que se paga con la vida.
De cómo los hijos nacen con el huerto lleno de hormigas.
De cómo vivir aquí es tener un rifle apuntándote a la nuca, todo el tiempo.
Y entonces estamos en casa hoy, y una horca nos espera en cada esquina.
Pero la vida no se rinde, no se dobla y se imagina distinta.
Un dinosaurio soñando que baila un vals.  
Una ballena queriendo sostener una flor con sus torpes aletas.
Y soñamos una vida mejor y queremos que sea y hacemos que lo sea
Aunque eso signifique volverme invisible al sol. Retirarme al mundo de las sombras. Tomar los caminos de los abuelos hasta las fuentes más cristalinas. Aunque nos toque tomar el agua sólo de noche para que nadie nos mire.
Y la poesía de Julio puede hacer un retrato de ese viaje.
Porque la poesía fotografía lo imposible.
Y somos ahora esos pequeños azacuanes volando hacia el norte en bandadas dispersas. Volando a campo traviesa, por las avenidas largas entre los autos, las pasarelas, los barrancos, lo que sea.
Dejamos atrás las piras en los campos, las casas ardiendo con las hamacas y los cántaros.
Dejamos la sangre regada junto a la leche.
Y nos vamos montando la bestia.
Allá va quedando Clara, que ahora echa tortillas en silla de ruedas pero cuando sueña, se sueña con piernas.
Allá va quedando Manuel, secuestrado por los zetas.
Y vienen las tormentas de arena y las fronteras alambradas, espigadas, y el continuo acecho del rifle.
Pero nosotros somos invisibles.
Como la mano que acaricia el agua para hacer las olas en la laguna.
Qué bonito es decir Chikabal una mañana mientras atravesás el desierto. Sentís el agua fresca mojarte los pies, humedecerte los labios.
Y el poeta te saca una foto mientras soñás un manantial en el desierto.
Y el poeta le saca una foto al a vida y a la vida que le antecedió a esa vida y a la vida que será después de esta.
Julio le saca una foto a la vida completa. Un film prodigioso proyectándose en una sábana de tu cama de niño.
Un sueño dulce, roto y triste. El de una patria con tres tiempos de comida.
Querer ser por un momento alguien y que los rifles se vuelvan palos de durazno echando flor.
Y que esas flores sean estos poemas.

Una carta larga para decirte, no te olvidamos hermanito. Vos siempre tenés una casa en mi pecho.  

jueves, 3 de enero de 2013

Charlie Brooks dice amar a su amiga y muere.

La Tirana, Diego Maquieira, extracto.

Cuando Charlie Brooks le dijo a su amiga Te amo, antes de morir.
Estaba nervioso como si esperara sentir algún cambio.
Charlie probó su última cena hasta que la aguja atravesó la pared.
Miró hacia arriba y bostezó.

Fue un bostezo largo, profundo. Luego comenzó a largar suspiros, quizá durante quince segundos.

Podría decir que al concluir de bostezar Brooks estaba muerto. 

Diego Maquieira acerca de Dios.

La Tirana, extracto.

Oh, qué feliz, alegre, chistoso viejo Director de Circo es Dios.
Te burlas de nosotros con tu sol que no nos calienta, nosotros temblamos de fiebre.
La amable luna que no podemos ver, nosotros, los ciegos.
El pasto verde que nuestras piemas no pueden tocar.
Con los días y las noches arrancándose detrás de nosotros, (oh, qué salvajes teatreros) mientras yacemos desamparados y con sangre en el ojo.
Yo hable de ti pero quién eres tú y quien te conoce:
Eres una promesa demasiado lejana y debemos estar muertos para poder verte.
Tú dices que eres la luz en medio de nuestras almas, pero yo se que en nuestras almas no hay más que una sucia oscuridad y el miedo a la muerte.